Volver la vista atrás

El saltador de pértiga Igor Dratsevich se dispone a acometer su tercer intento sobre 6 metros y cincuenta centímetros. Si lo sobrepasa, todo serán aplausos, vítores, homenajes y ese regreso triunfal a su tierra natal. Si falla, caerá en el ostracismo y no faltarán voces que recuerden que jamás deberían haberle seleccionado para esos juegos, que si es poco competitivo, que si su carrera está en declive, que si está mayor... Igor sujeta la pértiga con fuerza, comienza la carrera, acelera, clava la pértiga en el cajetín, comienza el ascenso, llega a la altura del listón, lo sobrepasa, atraviesa la cúpula del Estadio Olímpico, las nubes, y cruza la troposfera, la estratosfera, la mesosfera, la termosfera, la exosfera y llega a ese punto en que, ya sí, resulta tan difícil volver la vista atrás.